Hoy vengo a romper con un mito, a quitaros una ilusión. Alguien tiene que hacerlo y esta vez me ha tocado a mí: ¿Conocéis esas idílicas Bodas Nórdicas, melena al viento con tiara de flores y lánguido vestido blanco, celebradas según ancestrales ritos paganos en lo alto de un risco con el mar de fondo? ¿Esa boda que en algún momento de nuestra vida todas hemos deseado? Pues bien; son como el Ratoncito Pérez. No existen. Así de claro os lo digo.

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Y no lo hago a la ligera, no. Han sido horas de investigación antes de atreverme a hacer esta afirmación que cambiará el rumbo de la humanidad (bueno, sí… igual he exagerado un poco, pero una no se dedica a romper sueños todos los días. Sed compasivas.)
Y la verdad es que tiene su razón de ser (en este caso de “no ser”). Buceando sobre la tradición vikinga he descubierto que la celebración de sus bodas poco tenía que ver con la imagen idealizada que tenemos hoy en día.
Bodas Nórdicas Paganas
En primer lugar porque existe poca documentación al respecto. Los ritos se transmitían de forma oral manteniendo en secreto gran parte del ceremonial. Un problemón ahora mismo, para que nos entendamos.
Sí sabemos que las ceremonias de las bodas Nórdicas se celebraban en Viernes, Friday, Friggas-day, en honor de la diosa del matrimonio. Como bien explica el blog vikinganswerlady y por razones climáticas tenían lugar una vez pasado el Invierno. También sabemos que existía una bebida a base de miel que formaba parte indispensable del rito, por lo que los novios debían poseer miel en suficiente cantidad no sólo para sus invitados, sino también para compartir esta bebida juntos durante el mes siguiente a la boda, la Luna de Miel. Curioso ¿verdad?
Al igual que en nuestros días, las novias vikingas recibían unos tratamientos especiales antes del enlace nupcial que comenzaban con una visita a la Casa de Baños –lo que hoy en día sería nuestra Sauna Finlandesa– donde tomaban un baño de agua caliente con jabón, todo un lujo en aquella época. Tras el baño, un enjuague con agua fría enriquecida con plantas y flores, no sólo por el fantástico aroma que aportaban al agua, sino por la magia de los poderes afrodisiacos y potenciadores de la fertilidad asociados a ellas.

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Finalmente, la novia procedía a vestirse para la ceremonia… y aquí comienza nuestra decepción y disgusto. Las novias de la época pagana vikinga no lucían ninguna vestimenta especial para el gran día… nada de inmaculados vestidos para ellas. Eso sí, podemos quedarnos con la imagen de la melena al viento, ya que durante la ceremonia y la fiesta posterior al enlace será la última vez que las mujeres luzcan el cabello suelto y sin cubrir. Y eso en el mejor de los casos; allá por la Edad Media aparece la Corona Nupcial, una reliquia familiar utilizada por las mujeres escandinavas sólo el día de su boda.

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Afortunadamente las cosas han cambiado mucho con el paso del tiempo. Más adelante hablaremos de las bodas nórdicas de hoy en día y cómo inspirarnos en ellas para nuestras propias celebraciones. Son realmente bellas y espectaculares. ¡Estoy segura de que os van a gustar!